Una novela de barrio es, en esencia, una historia de venganza. Cuando en los años setenta dos ladrones asaltan un banco matan a un niño durante su huida. Años después, uno de los atracadores muere asesinado. Su compañero en el atraco, convencido de que él será el siguiente, intenta adelantarse y matar a quien sospecha debe ser el verdugo: David Miralles, padre del niño. La intervención del inspector Méndez, un policía a punto de jubilarse de métodos poco ortodoxos, será decisiva para resolver el caso.
Pero muchas son las historias que se desgranan en Una novela de barrio : la del propio Méndez, un gato callejero que conoce bien la diferencia entre justicia y ley, pero no por ello deja de creer que para algunos hay esperanza. Y cómo no, la historia de Barcelona: una ciudad ajena a la postal turística y cultural, habitada por la nostalgia de unos tiempos en que los barrios eran barrios y no una urbe arruinada por la especulación del suelo. Pero Una novela de barrio es también la historia de un padre, vivo a su pesar, que intenta reconstruir la vida de un hijo muerto; una historia de amor y lealtad, que resuena en la perversa simbiosis entre una vieja madame y una de sus antiguas prostitutas. Una trama sólida, redonda, contada con maestría, donde conviven la sordidez más extrema, la ternura detrás de los gestos, la miseria humana, la generosidad, la tragedia y el humor. Una historia sobrecogedora, como todas las grandes novelas, un clásico del género.
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